Obra de Hajime Isayama, el hasta ahora desconocido
joven mangaka que ha saltado del anonimato a publicar una de las obras
más vendidas de la editorial Kodansha.
Con ese panorama, no era de extrañar que anunciaran tarde o temprano
su adaptación al anime. Y la verdad es que desde que se anunció muchos
la hemos estado deseando con ganas y la razón principal, creo yo, radica
en que los que seguimos el manga original consideramos este anime como algo totalmente necesario. No exagero con este calificativo, ya que ‘Ataque a los Titanes’,
título del manga en España, cuenta con uno de los estilos visuales más
horrendos que he visto en mi vida, ya sea tanto en manga como en cómic.
Estamos acostumbrados a que la primera obra de un mangaka no cuente
con un estilo de dibujo pulido u original, ya que normalmente los nuevos
mangakas vienen de trabajar como ayudantes de otros autores o por su
propia cuenta. Sin conocer los orígenes de Isayama-san dentro del
gremio, no creo errar mucho si digo que este es su primer trabajo en
serio, sin haber colaborado antes con otros mangakas, y es su exagerado
estilo amateur el que lo delata.
Pero hay que reconocer que Isayama-san tiene en su mente escenas que
deben rebosar una espectacularidad suprema, pero que en los límites de
una página en blanco simplemente queda patente que le es imposible
demostrar, al menos por el momento. Por esta simple razón, el anime de
‘Shingeki no Kyojin’ me parece algo que estábamos pidiendo a gritos, un
medio en el que esta espectacularidad, lejos de perderse, se luzca como
estaba ideada inicialmente, algo que creo han conseguido con nota.
Simplemente tras su ultravitaminado opening se intuye que esta serie de 25 episodios va a ser un torrente de acción bien conducido
El mundo que se nos muestra en ‘Shingeki no Kyojin’ es una distopía
extrema, en el que la humanidad se ha visto obligada a tomar medidas
extremas para un problema igualmente extremo. Los titanes, seres
antropomórficos de gran tamaño (desde una altura de un primer piso hasta
vete a saber tú bien cuál es el límite) han obligado a la humanidad a
refugiarse tras una serie de muros concéntricos que delimitan los
distintos niveles de seguridad de sus habitantes. Evidentemente no todo
el mundo tiene permiso para vivir en el centro del círculo, obligando a
que parte de la población vivan en ciudades concretas, sirviendo como
carnaza de los titanes y así poder combatirlos de una forma más
eficiente.
Pero tras 100 años en los que no se le ha visto el pelo a ningún
titán cerca del muro, el destino juega la peor de las pasadas posibles.
Un inmenso titán hace su aparición frente a la puerta de una de estas
ciudades cebo y la destroza de un puntapié, iniciando así una memorable
carnicería. Eren Jaeger es uno de los jóvenes supervivientes del ataque
que decide enrolarse en la guardia tras este trágico suceso, el cual le
ha costado la vida de su madre, acompañado por su amiga de la infancia
Mikasa Ackerman. A partir de ahí la historia es un telar de ideales y
esperanzas que se ve despedazado a cada mordisco de titán. En cierto
modo el manga original me evocó a la magistral Gantz por este aspecto.
Pero centrándonos en el anime, ‘Shingeki no Kyojin’ se puede
considerar como el estreno de la temporada de Primavera, ya tan sólo por
la expectación que tenía generada gracias al manga original. Al ser un
trabajo en el que Production I.G. ha metido mano es de esperar una
calidad bastante superior a la de otros animes, con un nivel de
exigencia más laxo y que, siendo sinceros, no necesitan de un nivel de
cuidado más allá del mínimo. ‘Shingeki no Kyojin’ sí que lo exigía tan
sólo por acentuar el normal contraste con su manga, en el que
evidentemente sale ganando.
Simplemente tras su ultravitaminado opening se intuye que esta serie
de 25 episodios, que veremos si consigue alguna temporada extra, va a
ser un torrente de acción bien conducido, algo que creo que se demuestra
tras sus dos primeros episodios. Por supuesto no vamos a ver un nivel de violencia descubierta tan grande como en la obra original, pero en este caso han conseguido enmascararla de una manera tan sutil y permisiva.
Normalmente vemos los animes como un material alternativo a las obras originales en las que se basan. Con ‘Shingeki no Kyojin’ creo que podemos estar hablando de un caso de compenetración y complemento.
Este es un anime que ya de por sí sólo rebosa una calidad más que
decente, pero su disfrute a la par que la lectura del manga, ayuda al
disfrute de este último al poder plasmar de una forma adecuada una
acción que, hasta ahora, Hajime Isayama no ha conseguido transmitir con
su dibujo. Seamos optimistas pensemos que Isayama-san puede tomar ideas
de este anime para mejorar su trabajo en el manga, porque falta le hace.