Colorista, desenfadado, provocador, irónico, lúdico, experimentador. Todo ello y más. Uno puede salir despavorido o quedarse extasiado ante ese jardín complejo, sonriente y quizá carnívoro. La eterna primavera puede provocar alergia permanente y otras alteraciones estéticas, aunque también un estado de beatífica placidez.
'Superflat, New Pop Culture' es la propuesta del artista japonés Takashi Murakami (Tokyo, 1962), también conocido como el 'Warhol nipón', sin duda uno de los creadores contemporáneos más aclamados y celebrados que ha emergido de Asia durante el pasado siglo, que ahora llega a la sala de exposiciones a la CAM en Murcia. Un proyecto comisariado por Antonella Montirano. ¿Muñequitos con orejas de conejo o demonios con retrovirus? Entre la tradición y el manga y el anime, el cómic y la costumbre, la filosofía y el supermercado, el arrebato y la reflexión.
Códigos visuales impactantes. Una muestra, un universo creativo, compuesta principalmente por una veintena de litografías (realizadas entre 2001 y 2008 y pertenecientes a una colección privada), en las que funde las técnicas de pintura tradicional japonesa con actuales estilos gráficos, técnicas de ilustración y otras influencias de la cultura pop occidental. La exposición acoge también varias esculturas de pequeño formato.
¿Qué es lo simple, dónde radica lo complejo? ¿Una exposición, un show? Mis creaciones, ha dicho, quieren «expresar mi identidad como japonés en el mundo occidental». Su obra ha sido definida como «un armario repleto de golosinas envenenadas, pero recordando que el veneno puede ser también el más efectivo antídoto». Las composiciones de Murakami son tan características que han dado origen a un nuevo género, el 'superflat', que hace referencia al hecho de que el espacio pictórico que crea es plano ('flat') y puede leerse indiferentemente desde diferentes puntos de vista, sin que tampoco exista una jerarquía clara entre los elementos de sus cuadros. Flores y extrañas criaturas de ojos psicodélicos. Las múltiples ventanas abiertas de un ordenador: eso sería el mundo 'superfalt'. Una propuesta que intenta desdibujar «los límites entre la alta y baja cultura», y que quiere superar «el mundo bidimensional del arte japonés y el tridimensional del arte occidental», según el propio Murakami.
Con su obra, en apariencia frívola y carente de perspectiva, Murakami pretende criticar los límites establecidos entre las diferentes clases culturales, así como la pureza de líneas, acentuada incluso con el uso de programas informáticos, como una de las características principales del estilo del japonés. Además, «enlaza con el mundo adolescente y con lo que implica ser libres frente a la realidad imperante. Una realidad que casi ya ha olvidado el trauma post bélico y lo ha sustituido por el consumismo galopante», según los responsables de la muestra. Un arte plano para una sociedad plana, un mundo plano de sentimientos planos. Esa alegría desbordante y cromática esconde, quizá, un alma triste.
Cultura popular
Su obra abarca múltiples formas artísticas, desde la pintura a la escultura, el diseño industrial, el anime, la moda y otros medios y objetos merchandising de la cultura popular (piezas creadas por el artista para la firma francesa Luis Vuitton).
En 2009 el Guggenheim de Bilbao le dedicó una gran retrospectiva. Con motivo de aquella exposición Murakami reconoció que se hizo artista tras haber visto de pequeño «un cuadro de Goya con un monstruo que comía a una persona» y que le creó «mucho trauma». «Desde entonces quiero tener como público a los niños», explicó.